El incremento de dependencia sobre la tecnología en todos los aspectos de nuestras vidas es inevitable. Aunque los beneficios son innegables, debemos ser conscientes de los riesgos que conlleva su uso.
La tecnología tiene un fuerte impacto en la vida de los jóvenes. Puede ayudarles a desarrollar nuevas habilidades y conocimientos, favorece la comunicación con amigos y familiares, además de que facilita el acceso a información y recursos. Sin embargo, la tecnología también puede plantear riesgos, como:
Asimismo, la tecnología puede tener un efecto negativo en el desarrollo social de los niños y jóvenes si se utiliza de forma irresponsable.
Las personas que hacen un mal uso de la tecnología tienen dificultades para mantener la atención en tares o actividades. Asimismo desarrollan problemas de concentración y la paciencia disminuye, además de dificultar la formación de relaciones profundas y significativas. El uso excesivo de la tecnología también puede provocar trastornos del sueño, como el insomnio.
Un sentimiento de preocupación, nerviosismo o inquietud con mucha frecuencia interfiriendo la vida cotidiana, convirtiéndose en un trastorno. Algunos de los más comunes son el trastorno de ansiedad generalizada (TAG), el trastorno de ansiedad social (TAS) y trastorno de pánico.
La falta de contacto social o de comunicación con los demás. La sensación de no pertenecer a ningún grupo, de estar solo.
Un trastorno del estado de ánimo que provoca un sentimiento persistente de tristeza y pérdida de interés. Puede interferir con la capacidad para trabajar, estudiar, comer, dormir y disfrutas de las actividades que antes disfrutaba. Los síntomas de la depresión pueden ser de leves a graves y varían de una persona a otra.
El sentimiento de vacío, inutilidad o desesperación que proviene de la creencia de que uno está solo en el mundo y nunca encontrará a nadie que le comprenda.
Los jóvenes se vuelven más agresivos ya que ven la violencia como una forma de resolver problemas y se vuelven menos sensibles al dolor y al sufrimiento con los demás.
Debido a su estilo de vida sedentario y malos hábitos alimenticios que causa el uso excesivo de la tecnología a tiempos indefinidos.
Por la falta de concentración, estrés, sueño y poco interés por la interacción social con otros compañeros o profesores. Asimismo, el Internet proporciona a los jóvenes una gran cantidad de información a la que pueden acceder sin tener que pasar por el proceso formal de aprendizaje en un aula. También, muchos jóvenes no ven el propósito de aprender cosas que creen que no serán relevantes para sus vidas o carreras.
Para poder identificar una persona que esta haciendo mal uso de la tecnología, es importante conocer los síntomas que se asocian a este problema. Algunos de los síntomas más comunes son:
Uno de los síntomas más comunes del mal uso de la tecnología es la desconexión de los seres queridos. Cuando las personas se vuelven adictas a sus dispositivos, a menudo empiezan a descuidar a las personas de su vida. Pueden dejar de hablar con su familia y amigos, e incluso pueden dejar de salir en público. Esto puede provocar una sensación de aislamiento y soledad.
Otro síntoma del mal uso de la tecnología es la dificultad para concentrarse. Las personas adictas a sus dispositivos pueden tener problemas para concentrarse en las tareas, tanto en el trabajo como en casa. También pueden tener dificultades para prestar atención cuando hablan con otras personas. Esto puede acarrear problemas tanto en su vida personal como profesional.
Los problemas de sueño son otro síntoma común de la adicción a la tecnología. Las personas adictas a sus dispositivos suelen tener problemas para conciliar el sueño por la noche, y pueden encontrarse con que se despiertan varias veces durante la noche. Esto puede conducir a la fatiga durante el día, lo que puede afectar tanto al trabajo como a la vida familiar.
Los cambios de humor son otro síntoma común de la adicción a la tecnología. Las personas adictas a sus dispositivos pueden sentirse felices un minuto y enfadados o frustrados al siguiente. Esto puede dificultar las relaciones con la familia y los amigos, así como con los compañeros de trabajo.
Por último, las personas adictas a sus dispositivos pueden empezar a tener problemas económicos. Esto se debe a que pueden empezar a gastar más dinero en nuevos dispositivos o en planes de datos para sus dispositivos existentes. Además, pueden empezar a faltar al trabajo o a la escuela debido a su adicción, lo que puede llevar a la pérdida de salarios o calificaciones.
En definitiva la tecnología es imprescindible; no debemos combatir contra ella, es más conveniente aprender a utilizarla de forma razonable para que así se desarrolle una relación sana y se tenga futuro exitoso no solo profesionalmente sino también personalmente.
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