La definición fácil del concepto sostiene que las empresas familiares son compañías creadas y gestionadas por una sola familia. Sin embargo, en la práctica se materializa de diferentes maneras, y debe incluir el aspecto de la sucesión. Así, en el contexto profesional, una empresa familiar se define como "aquella cuya el patrimonio y el gobierno son ejercidos por los miembros de una o varias familias y cuyo objetivo estratégico incluye la continuidad de la empresa en manos de la siguiente generación familiar".
Las mujeres han desempeñado un papel importante en las familias empresarias desde su creación. En las últimas décadas, se han vuelto cada vez más influyentes como propietarias de empresas, gerentes y directores, así como accionistas. Las mujeres son la clave del éxito de una empresa familiar porque aportan valiosas habilidades y conocimientos que pueden ayudar a garantizar la continuidad de la empresa para las generaciones futuras.
Las mujeres en posiciones de liderazgo aportan una perspectiva esencial al proceso de toma de decisiones de una empresa. Aportan tanto su visión como su objetividad para la corporación, lo que puede conducir a soluciones más creativas e innovadoras. Las mujeres también aportan la capacidad de gestionar los conflictos dentro de la organización y desarrollar un ambiente de cooperación entre los miembros de la familia.
Además, las mujeres suelen tener amplias redes a las que pueden recurrir para obtener recursos y contactos. Son expertas en crear relaciones con proveedores, clientes y otras partes interesadas que pueden beneficiarse de la experiencia única que aportan las mujeres.
El Instituto Mexicano para la Competitividad , A.C. (IMCO) analizó que en el 2022 la participación media de las mujeres mexicanas en puestos de dirección ejecutiva era sólo del 11%.
Las mujeres mexicanas se enfrentan a obstáculos en el entorno empresarial. A pesar de que las mujeres están ocupando cada vez más su lugar como líderes en las empresas familiares, todavía se enfrentan a retos como el acceso al crédito y la falta de oportunidades de tutoría. Los roles tradicionales de las mujeres en las familias también pueden limitar su avance profesional, o incluso impedirles acceder a puestos de dirección dentro de la empresa familiar.
El techo de cristal es un término que se utiliza para describir la barrera invisible a la que se enfrentan las mujeres en el lugar de trabajo y que limita su capacidad para ascender a puestos de liderazgo. Aunque el techo de cristal no es una forma explícita de discriminación, puede crear un entorno de trabajo hostil para las mujeres y dificultar su avance en la carrera profesional.
El acoso sexual es un grave problema al que se enfrentan las mujeres en el lugar de trabajo. Puede adoptar muchas formas, como insinuaciones sexuales no deseadas, comentarios o bromas de carácter sexual y contacto físico no deseado. El acoso sexual puede crear un ambiente de trabajo hostil y dificultar a las mujeres el desempeño de su trabajo.
Las mujeres suelen cobrar menos que los hombres por hacer el mismo trabajo. Esta disparidad salarial puede estar basada en el género, la raza u otros factores. Las disparidades salariales pueden dificultar que las mujeres lleguen a fin de mes y pueden contribuir a la brecha salarial de género.
La discriminación por embarazo se produce cuando un empresario trata a una mujer de forma diferente porque está embarazada o porque puede quedarse embarazada en el futuro. La discriminación por embarazo puede adoptar muchas formas, como negarse a contratar a una mujer por estar embarazada, despedirla por estar embarazada o negarle un ascenso por estar embarazada.
La discriminación por responsabilidades familiares se produce cuando un empleador trata a un empleado de forma diferente debido a sus responsabilidades familiares, como el cuidado de niños o ancianos. Este tipo de discriminación puede adoptar muchas formas, como negarse a contratar a alguien porque tiene hijos pequeños, despedir a alguien porque necesita cuidar a un padre anciano o negar a alguien un ascenso porque tiene responsabilidades familiares.
Muchas mujeres no pueden beneficiarse de acuerdos laborales flexibles que les permitan equilibrar mejor sus responsabilidades laborales y familiares. La flexibilidad laboral puede incluir el trabajo a tiempo parcial, el teletrabajo y la flexibilidad horaria. La falta de acuerdos laborales flexibles puede dificultar que las mujeres hagan malabares con sus responsabilidades laborales y familiares.
Los estereotipos de género son nociones preconcebidas sobre las capacidades, rasgos e intereses de hombres y mujeres. Estos estereotipos pueden conducir a la discriminación en el lugar de trabajo, ya que los empresarios pueden hacer suposiciones sobre lo que los empleados pueden o no pueden hacer en función de su género. Por ejemplo, un empleador puede suponer que una mujer no puede hacer un trabajo que requiere levantar objetos pesados porque no es tan fuerte como un hombre.
El efecto escalera de cristal se produce cuando los hombres que trabajan en profesiones en las que predominan las mujeres tienen más probabilidades de ser ascendidos que las mujeres que trabajan en esas profesiones. Este efecto puede perpetuar las disparidades de género en el lugar de trabajo y dificultar el avance de las mujeres en sus carreras.
Para abordar los problemas a los que se enfrentan las mujeres en las familias de las empresas, los empresarios deben dedicar tiempo y recursos a crear un entorno de trabajo libre de discriminación y acoso. Los empleadores deben invertir en programas de formación y concienciación centrados en la eliminación de los prejuicios de género, así como en la aplicación de políticas como la flexibilidad laboral para ayudar a acomodar a los trabajadores con responsabilidades familiares. Además, los empresarios luchar por la igualdad de remuneración por el mismo trabajo y acabar con cualquier disparidad salarial basada en el género. Por último, los empresarios deben estar abiertos a incorporar más mujeres a los puestos de liderazgo y ayudarlas a avanzar en sus carreras. Al tomar medidas para crear un lugar de trabajo equitativo para todos los empleados, las empresas pueden fomentar un entorno en el que todos tengan la oportunidad de triunfar.
Por si se abordan los problemas de género a los que se enfrentan las mujeres en las familias de las empresas, éstas pueden crear un entorno de trabajo en el que todos sean respetados y tratados con justicia. Esto no sólo beneficiará a los empleados, sino que también tendrá un impacto positivo en el rendimiento y el éxito general de la empresa. Al eliminar la discriminación y promover la igualdad de género, las empresas pueden abrir nuevas oportunidades de crecimiento.
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