No es ningún secreto que la transformación digital es un proceso difícil, y para muchas empresas la tasa de éxito de estas transformaciones es baja. Un estudio reciente realizado por McKinsey reveló que menos del 30% de todas las transformaciones consiguen mejorar el rendimiento y son capaces de mantener los cambios a largo plazo.
Para muchas empresas, la transformación digital es una prioridad que debe atenderse cuanto antes. Dado que el ritmo del cambio no hace más que acelerarse, las organizaciones necesitan asegurarse de que evolucionan rápida y eficaz para no quedarse atrás con respecto a sus competidores. Un estudio del McKinsey Global Institute descubrió que, en promedio, se necesitan cuatro años para que el rendimiento de una organización vuelva al nivel anterior a la transformación digital.
El éxito de las transformaciones digitales viene determinado por la gestión del cambio y la rapidez del cambio que las organizaciones puedan transformar sus operaciones, procesos, cultura, modelos de negocio y talento para que tengan éxito durante un largo periodo de tiempo. La clave de este proceso es garantizar que todas las partes interesadas estén de acuerdo con las nuevas iniciativas, lo que puede suponer un reto debido a los cambios culturales.
Para que la transformación digital se afiance, es esencial que las organizaciones sean capaces de crear una cultura de innovación en la que los individuos y los equipos se sientan respaldados para experimentar con nuevas formas de hacer las cosas, al tiempo que se sientan cómodos con el fracaso como parte de este proceso. Este tipo de ambiente sólo es posible cuando todas las partes interesadas están a bordo y la empresa se compromete a aplicar una cultura de experimentación. Sin duda, un gran reto para el departamento de recursos humanos.
Si quiere que su transformación digital tenga éxito, es fundamental un enfoque estructurado del cambio. El desarrollo de una estrategia digital ayudará a garantizar que todas las partes interesadas estén a bordo de las nuevas iniciativas y comprendan los pasos que deben dar para que estos cambios tengan beneficios sostenibles durante un período de tiempo prolongado.
Transformar su modelo de negocio no es una tarea fácil, es bien sabido y está bien documentado. Sin embargo, hay que empezar por garantizar la aceptación de la alta dirección. El cambio en los procesos y la tecnología es secundario con respecto a la toma de decisiones estratégicas. Posicionar su empresa en el mundo digital requiere una nueva mentalidad, nuevas habilidades y un talento diferente.
Para transformar eficazmente un modelo de negocio, es importante empezar con una estrategia digital. Una hoja de ruta de transformación digital desarrollada estratégicamente contará con la participación de todas las partes interesadas y se considerará algo más que un proyecto de TI.
Una empresa transformada digitalmente es aquella que ha realizado cambios en múltiples niveles para competir eficazmente en el mundo digital, incluyendo sus operaciones, procesos, cultura y talento.
El mundo digital es rápido y siempre cambiante, lo que puede ser beneficioso para aquellos que se adaptan rápidamente. La rapidez de los cambios en el espacio digital ha obligado a las organizaciones a operar de forma más eficiente que sus homólogas no digitales.
La transformación digital no sólo beneficia a los resultados de una organización, sino que también cambia su cultura con un mayor compromiso de los empleados impulsado por los beneficios de un lugar de trabajo digital.
La transformación digital no se produce de la noche a la mañana. El proceso de transformación de una organización de lo analógico a lo digital es un compromiso a largo plazo que requiere la participación de todas las partes interesadas y debe considerarse como algo más que un proyecto de TI. Una empresa transformada digitalmente funcionará ágilmente, dada la naturaleza del cambio en el mundo digital, a la vez que disfrutará de un mayor compromiso de los empleados y una mayor rentabilidad.
La tecnología está cambiando a un ritmo exponencial. Hemos entrado en la era de la tecnología que se denomina "la cuarta Revolución Industrial" o Tecnología 4.0, tal y como la acuñó Klaus Schwab en su libro The Fourth Industrial Revolution: What It Means and How to Respond.
Se predice que la transformación digital será un motor clave del cambio en los próximos años.
La transformación digital no es un destino, sino un proceso continuo que llevará a la creación de nuevos procesos y modelos de negocio, así como de mercados digitales completamente nuevos con el tiempo.
En resumen: el mundo está cambiando más rápido que nunca. Y si no cambias con él, tarde o temprano alguien se comerá tu almuerzo.
La tecnología permite automatizar cada vez más la forma de hacer negocios. Las organizaciones deben adoptar la tecnología para seguir siendo competitivas, eficientes y relevantes.
Un área en la que las organizaciones deben centrarse al intentar la transformación digital es la transformación de su cultura. Una empresa transformada digitalmente tendrá una nueva mentalidad, nuevas habilidades y un talento diferente que será necesario para el éxito en el entorno digital. No es una tarea fácil, y requiere la implicación de la alta dirección para que la transformación se lleve a cabo.
Cambiar la cultura de la empresa no es una tarea fácil, pero no es imposible. Hay algunos pasos clave que todo director general debería dar para cambiar la cultura de su empresa:
Primer paso: Empezar por desarrollar una estrategia digital y garantizar la participación de la alta dirección. El cambio en los procesos y la tecnología debe ser secundario respecto a la toma de decisiones estratégicas.
Segundo paso: posicionar la empresa en el mundo digital.
Es importante empezar con una estrategia digital que cuente con la aprobación de todas las partes interesadas y que se vea como algo más que un proyecto de TI. Una hoja de ruta de transformación digital desarrollada estratégicamente es lo que necesita para cambiar su negocio, no simplemente cambiar en un nivel.
Tercer paso: Crear planes de gestión del cambio que incluyan el liderazgo del cambio, la comunicación del cambio y las evaluaciones del impacto del cambio para garantizar el éxito.
Cuarto paso: Permitir la agilidad mediante el uso de herramientas de transformación digital para impulsar cambios rápidos sin la necesidad de aprobación o participación de TI en cada paso del proceso.
Quinto paso: Garantizar el cumplimiento de la normativa a través de tecnologías como el cifrado, la protección de datos y la ciberseguridad.
Sexto paso: Habilitar el cambio mediante la gestión del cambio, el liderazgo del cambio, la comunicación del cambio y las evaluaciones del impacto del cambio.
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